martes, 6 de enero de 2015

NOCHE DE REYES MAGOS


 A mitad de mi vida, compruebo como gran verdad que la mirada

 desde lo personal es diferente. 

Casi ha coincidido este descubrimiento, con el despertar al Año

 Nuevo, a eso del mediodía, obviamente.

  Así es, sin contradicciones, las madres difícilmente dejamos

 de madrugar para atender las necesidades de nuestros hijos.  

Sin embargo, nuestro estímulo para obtener aunque sea la ansiada

 sonrisa de los párvulos puede ser muy posterior, fundamentalmente

 cuando han pasado la decena de sus años.  Y luego de recordar los

 brindis con la mirada amorosa de ellos y alguna forzada de otros

 familiares, especialmente de  los ausentes, nos damos cuenta de lo 

mal que han quedado cortadas las papas para la ensalada, y aún 

dudamos acerca de los condimentos adecuados para la aceptación 

de todos los comensales, odiando deliberadamente preparar

 diferentes fuentes con el detalle que las diferencie para que cada 

uno se sirva de la que está de acuerdo a sus pretensiones.

         Afortunadamente, pasada la tensión de cada fiesta, surge el

 triunfo de lo positivo de aclarar, protestar y expresar las más 

inesperadas ocurrencias.  No hay ninguna duda: siempre es mejor 

hablar que callar… Observar que evadir… Dudar a contentarse.

 ¡¡¡Gracias a los Reyes Magos por el regalo de estas revelaciones 

que han de marcar el Año Nuevecito con mayor atención y 

responsabilidad!!! Para conformarnos, aguantar lo que venga en

resignación y pasividad, ya tendremos tiempo 

cuando nos toque estar del otro lado de la tierra!!!

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